Soul Calibur III
¿Te gusta pelear?
Soul Calibur al Cubo en PlayStation2
Si se hiciera una encuesta sobre cual es el juego más famoso de Namco, sin
duda el nombre que saldría ganador sería Tekken.
Desde luego, es la serie con mayor número de producciones, y con la última entrega puso el listón muy alto en el género de los juegos de lucha. No siempre han sido títulos demasiado
afortunados (Tekken Tag no gustó a todos, al igual que el lento Tekken 4), pero es sin duda el más afamado de la compañía japonesa.
Con el título que nos ocupa es difícil imaginar qué más se puede hacer para mejorar un juego de lucha. Porque este trae todo lo que se le puede pedir y mucho más, excepto modo online. No
vamos a contar la historia de la saga, esta crítica se va a centrar en lo que importa de un videojuego: ¿Qué es lo que ofrece?
Soul Calibur 3
Hoy por hoy, la competencia más importante en el género de la lucha en Playstation 2 es Tekken 5. Un título que trae suficientes modos de juego y novedades como para satisfacer al jugador más
exigente. A continuación detallaremos lo que ofrece Soul Calibur 3 para que cada uno haga su juicio acerca de cual de los dos juegos se ajusta más a sus gustos.
La novedad más llamativa de Soul Calibur 3 es el editor de personajes. Podemos ponerle a las chicas desde un escueto bikini de bailarina exótica con multitud de accesorios hasta una armadura
tan gruesa que no se le podrá ver la piel por más que nos afanemos en buscarla. Existen unos catorce rostros para elegir (de cada sexo), la mayoría bastante agraciados, aunque si los queremos
feos y feas también podremos hacerlos. Algunos rostros nos resultarán familiares y con ellos podremos hacer personajes míticos en el mundillo del videojuego (Dante y Snake, de Capcom y
Konami, se pueden hacer casi calcados sin cometer delito por plagio, ya que cada uno tiene un rostro que se les parece bastante sospechosamente).
Sin meternos en el tema de los modos de juego, la filosofía de Namco con Tekken 5 parecía ser: "Pelea para desbloquear cosas." En este juego se cambia la filosofía del juego a un escalón por
encima: "Pelea para desbloquear cosas, pero yo te daré razones para hacerlo."
Y es que la sensación de pelear "a lo tonto", presente en muchos juegos de lucha actuales, se ha desterrado para siempre en este título. Ya no es cuestión de ganar porque sí, sino porque
tenemos un reto por delante que no admite derrota.
Por poner un sencillo ejemplo: Dos luchadores de boxeo no se emplearán a fondo en una pelea amistosa donde van a cobrar igual, ganen o pierdan. Sin embargo, si se juegan el título de campeón
del mundo pelearán hasta la muerte.
Generalmente, en estos juegos nunca nos han transmitido esa necesidad de ganar porque siempre tenemos continuaciones infinitas. Con Soul Calibur 3 se nos da a elegir. ¿Queremos pelear por
gusto? Ahí está el modo "Arena de Almas"(un jugador) y "Arena de competición" (dos a ocho jugadores). ¿Queremos encontrar sentido a las peleas? En ese caso, seguid leyendo para ver los demás
modos de juego.
Practicar nunca fue tan necesario
En primer lugar, algo que nunca deseamos hacer normalmente cuando jugamos es tener que superar un tutorial. En general esto se hace aburrido y la impaciencia de entrar de lleno en el
modo principal hace que ignoremos esta opción. Para solucionar esto, Namco ha creado un tutorial en el que más bien nos parecerá estar haciendo una misión muy larga donde un entrenador
(Olcadan) nos enseña todas las cosas necesarias para sobrevivir. Algunos movimientos nos resultarán especialmente difíciles al principio, como las contras encadenadas. Pero la recompensa de
aprender a hacerlas en plena pelea compensa esos minutos de práctica. Si se desea disfrutar de este juego desde el principio, es muy recomendable pasar por aquí. Muchos que creyeran dominar
los juegos de esta saga se darán cuenta de que no eran tan buenos.
Encontraremos el modo Práctica en el menú de "Un jugador". Aquí dentro se puede elegir el tutorial y el modo practica individual. Un consejo para los menos veteranos: Las guardias son
más cómodas con el botón L1. Eso nos deja libre el pulgar derecho para atacar mucho más rápido.
Modo historia
Veintiséis personajes, viejos y nuevos (regresa Sieg Fried, ausente en el segundo), cada uno de ellos con su historia. Además, esta no es lineal. Se narra en largos textos y las
opciones se nos presentan al estilo de los juegos de Rol. Aunque solo dura unos ocho combates, la multitud de caminos posibles nos llevarán a diferentes secuencias y enfrentamientos. Además,
no veremos el mismo final si llegamos invictos que si nos han derrotado alguna vez.
Lo bueno es que completar una historia puede durar unos veinte minutos. Son unos ocho combates, más o menos, dependiendo de las elecciones que tomemos y las derrotas que suframos. Y en
ocasiones, solo siguiendo un camino muy concreto se llega a desbloquear determinados extras (como la hija de Rafael, Amy). En la sección de trucos hay bastantes, pero eso no es más que un
anticipo de todo lo que se puede conseguir. Y para los que consideréis imposible alguna de las cosas que se requieren, no os desaniméis. En este juego, si superamos un número concreto de
combates, se puede llegar a desbloquear cualquier cosa (combates en total, no importa si ganamos o perdemos).
La tarea de desbloquear todas las galerías de arte, todas las prendas para el editor, todas las armas, todos los videos y secuencias es algo que nos llevará muchísimas horas. Siempre
habrá algo que nos falte. Hay retos que nos llaman la atención desde el principio, por ejemplo: ¿Qué se desbloquea cuando se gana doce veces consecutivas el Campeonato
Mundial?
Lo malo de este modo es que algunos personajes no llaman la atención y siempre dejaremos su historia pendiente. Pero en general, todos tienen bastante carisma como para pasar las suyas
al menos una vez.
Las crónicas de la espada
En este modo de juego nos obligan a crear un personaje. Se pueden crear muy parecidos a viejos conocidos de otros juegos: Solid Snake (Metal Gear Solid), Dante (Devil May Cry),
BloodRayne, Jill Valentine (Resident Evil), Ada Wong, León S. Kennedy (Resident Evil 2 y 4), Lara Croft... Y como regalo de Namco, cuando se alcanza un número cercano a los 1500 combates, se
desbloquean en la tienda los objetos necesarios para crear a Kosmos. Cualquiera que conozca Xenosaga (también de Namco), sabrá quien es, sin necesidad de más explicaciones. El dinero se debe
ganar peleando para poder pagar cada una de las piezas, ya que estas son bastante caras. Estos objetos vienen con la definición "hombreras de espía", "peinado de espía",
etc.
Dicen, desde Namco, que hay más de 600 objetos desbloqueables. Pero inicialmente disponemos de unos cincuenta. Conseguir desbloquear todo será uno de los motivos por los que sigamos
jugando, aunque desde luego no será el principal.
Para que os hagáis una idea, teniendo en cuenta que hay unas 15 piezas para ponerle a nuestros héroes (casco, antifaz, peinado, collar, hombreras....), nos sale la nada despreciable
cantidad de 40 posibilidades por pieza. Eso sí, al comienzo, y para aquellos que no se hayan comprado una memory card, solo habrá un par de posibilidades por cada prenda. Lo bueno es que a
medida que avanzamos en las Crónicas podremos modificar el aspecto de nuestro héroe o heroína con las nuevas piezas compradas. Y en cada crónica se nos premiará con bastante dinero, en mayor
cantidad cuantas más misiones secundarias logremos. Se puede pasar mucho tiempo en el editor de personajes por puro gusto.
Entrando en el modo que nos ocupa, las Crónicas de la Espada, después de crear a nuestro personaje particular, tenemos un mapa con varias ciudades. El diseño de los escenarios es muy
detallista, a la altura de cualquier ETR (Estrategia en Tiempo Real) de PC, pero en lugar de ejércitos, tenemos soldados. Hay un bastión principal aliado y otro enemigo. No se pueden crear
unidades, ni necesitaremos recursos para construir nada. Podemos fortificar nuestros bastiones o no (el botín de la victoria es mayor si no lo hacemos).
La misión, generalmente, consiste en tomar el bastión principal del enemigo. En otras misiones debemos lograrlo sin que nuestro líder pierda un solo combate. Lo que siempre es común es
que perdemos si todos nuestros héroes caen simultáneamente o bien cae nuestro bastión principal. Por ello, la estrategia en general es muy parecida, nunca se debe enviar a todos los guerreros
a por ningún enemigo a menos que estemos plenamente convencidos de nuestra victoria, o bien sepamos que es la batalla definitiva para defender nuestro bastión
principal.
Hasta ahora, un juego de lucha solo ofrecía peleas sin objetivos. Si se perdía, importaba poco, solo se nos pisaba el orgullo e inmediatamente, se podía intentar recuperarlo. Soul
Calibur 3 aporta algo que no habíamos experimentado hasta hoy en un juego de este estilo: el miedo a la derrota. No a la humillación de perder un combate, sino una sensación de que nos
jugamos una misión de más de una hora de duración. Que quede vivo un luchador y tenga que frenar un ataque de 5 enemigos para dar tiempo a recuperarse a sus amigos hará que esa lucha de 1
contra 5 se convierta en un momento memorable. Pocas veces se siente tanta emoción en un juego de lucha.
Una vez lograda la misión, se consigue dinero extra según logremos diversos sub-objetivos (5 perfectos, más de 8 ciudades enemigas tomadas, ninguna derrota, ningún bastión fortificado,
que no nos hayan causado una cantidad de daño en total, acabar antes de un tiempo determinado...)
Cuando un aliado cae, resucita al cabo de un momento siempre que haya otros con vida (y no caiga nuestro bastión principal). Este héroe volverá a estar en plena forma en un tiempo
bastante reducido. Además, para curar a un soldado herido, hay que llevarlo a alguna ciudad aliada y allí esperar a que se cure, gradualmente.
Hay una pega que tiene este modo de juego. Y es que cuando se crea un personaje, si durante la siguiente Crónica no se logra la victoria, este desaparece. Si lo queremos volver a ver,
hay que crearlo otra vez. Solo si se logra la victoria, los cambios que hayamos hecho en todos nuestros luchadores se guardan para la siguiente crónica. Quizás Namco nos quiere recordar la
dureza de la historia: "Solo se recuerda a los ganadores".
Las victorias permanecen en la memoria de todos (nunca mejor dicho en este
juego)
A veces sabremos que no se puede ganar una pelea y solo nos enfrentaremos a determinados enemigos para ganar experiencia. Otras tendremos que arriesgarnos y enviar a todos nuestros
efectivos para tratar de doblegar a algún jefe. Entre otras cosas, porque su nivel es muy superior al nuestro y con dos golpes tumba a cualquiera de nuestros héroes, mientras se necesita una
buena ración de golpes para hacerle morder el polvo a él.
Un consejo para los que lleguen a la Crónica Final: reservaros para la lucha contra el jefe. Enviad a los cinco guerreros a la vez por cada uno de los guardianes y no entréis en esas
batallas. Así llegaréis con los cinco luchadores, más o menos bien, para el combate final.
Campeonato mundial
Una vez que se superen las Crónicas de la Espada (puede llevar cuarenta horas, como poco, contando entrenamientos intermedios), es posible que se quiera volver a pasar Las Crónicas con
los mismos héroes. Ese modo es, en sí mismo, más duradero y rejugable que la gran mayoría de juegos actuales.
Ganar un Campeonato Mundial nos va a hacer pasar por los combates más intensos y trepidantes de todo el juego. Puede que sean más emocionantes que los de las Crónicas porque, ahora sí,
nos jugamos todo en cada combate. Son peleas con la condición de ganar tres Rounds antes que el rival. Esto supone que tenemos un leve margen de error, podemos perder dos peleas, pero no un
combate. Es curioso lo diferente que es estar en la final de un campeonato que pelear por el gusto de pelear, aun más si tenemos suficiente práctica y sabemos que podemos ganar. Y si a eso le
sumamos que sabemos que tenemos delante a un rival bastante duro, la emoción se multiplica. No es un juego online, pero consigue que sea tan emocionante como si lo fuera. Aunque cuanto más se
aprende a manejar este juego, más se echa en falta un modo de campeonato mundial real (online).
El reto es ganar doce combates seguidos. Y esto significa que debemos ganar cada campeonato, sin perder una sola vez. No se permite guardar entre uno y otro, sin ni siquiera salir del
Torneo, por lo que si lo abandonamos por cualquier razón después de ganar once torneos y volvemos a entrar, veremos que un cero patatero adornará nuestro número de Trofeos. Es el mayor reto
presente en este juego, aunque posiblemente no sea el más difícil. Los hay peores en la Arena de las almas, que comentaremos a continuación.
Si algo caracteriza este modo Campeonato es que resulta complicado desde el primer enfrentamiento. Uno no se debe desilusionar si no supera los dos primeros combates. Hay que insistir,
porque si se superan tres, se puede ganar a cualquiera. Claro, que los que llegan a las rondas finales suelen ser especialmente duros. Por suerte, podemos alternar entre Campeonato
(eliminatoria) o Liga. Pero en esencia da igual, porque tanto en unos como en otros, una simple derrota suele suponer la pérdida del título. En las ligas siempre hay un rival que lo gana
todo, y como no seamos nosotros, nos quedamos segundos.
Y aquí, en este modo de juego, hay una gran carencia que muchos echarán de menos. No nos dejan participar con nuestros personajes. Solo admiten luchadores de la plantilla y personajes
extras, es decir veintiséis principales y unos quince extras, según los que hayan sido desbloqueados.
Arena de las almas
Dentro de este modo encontramos dos submodos:
Uno es el arcade, donde repetimos los combates como si jugáramos la historia, pero sin textos ni opciones, solo son combates sucesivos hasta el jefe final del juego, es decir, el
clásico modo historia de un juego de lucha de toda la vida, pero sin secuencias. Aquí podemos elegir a nuestras creaciones y, como peculiaridad especial, es el único modo de juego donde se
nos muestran las repeticiones de los últimos segundos de combate.
El otro modo de la Arena es el de Misiones. Hay veinte distintas con tres variantes, según el nivel de dificultad. Cada nivel se puede considerar un aumento exponencial de dificultad.
Fácil es bastante asequible, y permite acceder al nivel siguiente de dificultad si superamos el reto. El normal aumenta no solo la dificultad de los rivales, sino el número de combates
necesarios para lograr superar cada misión. Y al igual que con el fácil, una vez logremos superarlo, desbloquearemos el siguiente nivel, el difícil.
Por si fuera poco, una vez logremos superar una misión obtendremos una puntuación. Esto permite que haya piques entre aquellas personas que no tengan más que un mando para disfrutar del
juego. Son pocos los juegos que permiten un multijugador en una misma consola con un solo mando.
Cada una de las veinte misiones es distinta. Pero no por los enemigos, sino por el objetivo:
Hay una que consiste en vencer a X rivales de un solo golpe, otra donde hay que vencer estrellando al rival contra las paredes, otra donde hay que atacar con energía acumulada, otra
para lograr sacarles el dinero a los rivales, otra donde hay que derrotar a una estatua gigante, otra es el clásico modo supervivencia, otra es el modo patata caliente, luego está la misión
"Amantes", donde hay que derrotar a la familia de Rafael, incluido él mismo. Esta, ya en modo normal, es una de las misiones más difíciles del juego (puede que la más
difícil).
Lo único malo de estas misiones es que están dentro de un inmenso mar de opciones de juego y pueden llegar a pasar desapercibidas.
Multijugador
Con todo lo mencionado hasta ahora, ya parecía que no había manera de sacarle todavía más jugo a este juego. Pero no podemos olvidar su modo por excelencia. Solo para multijugador
tenemos un menú entero, el Modo Enfrentamiento. En él tendremos tres opciones:
El Enfrentamiento estándar, que permite pelear con cualquier luchador de la plantilla y de una Memory Card.
También tenemos el Enfrentamiento Especial, solo disponible tras bastantes horas de juego en las Crónicas de la Espada. Aquí se podrá establecer la vida máxima de cada contrincante. Los
que queráis combates largos, aquí los tenéis. Se puede poner incluso vida infinita (gana quien logre echar del ring al contrario). Es el modo perfecto para entrenarse dos personas a la
vez.
Finalmente tenemos la Competición de Enfrentamiento, para que puedan jugar en la misma consola, con dos mandos, desde dos hasta ocho jugadores. Si queremos demostrar nuestra valía ante
nuestros amigos, este es el lugar adecuado. Un campeonato donde se pueden incluir hasta la suma de ocho participantes humanos o personajes manejados por la CPU. Se puede participar en modo
liga o campeonato.
Ahora pasemos a temas técnicos:
Gráficos
Se ha criticado mucho este aspecto por su parecido a la entrega anterior. Pero es técnicamente superior al Soul Calibur 2, todos los luchadores tienen nuevos uniformes (algunos se
parecen a los anteriores, pero no son iguales). Tiene más escenarios, son más bonitos, algunos muy parecidos. Se ha mejorado mucho la velocidad de los combates y el equilibrio entre los
personajes. En este juego no hay luchador más vulnerable que otro. Y la apariencia de todo es tan detallada que será fácil pensar que Namco se ha vuelto a adelantar a su época. No llega al
nivel de detalle de Dead Or Alive 3, pero si comparáramos la obra de Namco con la de Tecmo, Soul Calibur 3 da muchas lecciones en materia de opciones y novedades aportadas al género. Sin
duda, el modo online hubiera supuesto el punto que necesitaba para superar claramente a su versión anterior.
En el aspecto visual tiene sus limitaciones: escenarios jugables extremadamente reducidos. Pero todo lo que está en el terreno de juego es susceptible de ser destrozado. Lanzar a un
enemigo contra la pared, en el interior de un palacio, provoca que los cuadros a los que se impacte caigan. Caer en picado con un golpe especial y aplastar (o no) al rival provoca que el
suelo quede hecho trizas. Si el límite es una valla de piedra, un ataque brutal que empotre a un personaje contra la valla hace que esta se rompa en pedazos y sea posible echar del escenario
al rival por ese hueco abierto.
Sonido
La banda sonora de la saga Soul Calibur solo tiene un problema. Es que cuando se alcanza un nivel tan alto, es muy difícil mejorar. Por tanto, solo se puede decir de ella que no
defrauda, es la que tiene que ser, rescatando temas del segundo juego y con alguno nuevo que encaja perfectamente en el conjunto. Canciones orquestales muy adecuadas para ambientes bélicos
medievales. Es de los pocos juegos de lucha cuya música, si la escuchamos en otro contexto, nos traerá el juego a la mente.
Vídeos
El vídeo inicial es una obra de arte. En el segundo juego de la saga también había una secuencia de inicio impresionante, pero esta la supera. Es digna de verse una y otra vez y
recrearse en los detalles, al igual que la canción de fondo. Aunque esto podría decirse exactamente igual de Soul Calibur 2.
La novedad de la tercera entrega en cuanto a tema de vídeos, es que la historia de cada personaje tiene secuencias intermedias y finales interactivas. Secuencias hechas con el propio
motor del juego (cosa que no es mala, dada la tremenda calidad de sus gráficos) donde a veces podremos actuar para que ocurra una cosa u otra. Cada personaje protagoniza 15 secuencias que
será difícil ver en su totalidad, dada la enorme cantidad de posibles elecciones. Veremos muchas secuencias comunes, como es lógico.
Son especialmente largas e interesantes las escenas finales de los personajes principales. Hay que estar atento, porque en el momento menos pensado habrá que pulsar un botón y no
tendremos tiempo de pensar. En el Modo Teatro podremos acudir a todas las escenas vistas hasta el momento en la opción Visor de Eventos, y podremos repetir cada una de ellas. Lo malo es que a
veces vemos una secuencia distinta en la historia, en función de lo que hagamos. Por ejemplo, en un momento dado nos cae una jaula encima. Si no logramos esquivarla, no veremos la pelea final
entre Nightmare y Sieg Fried (que más bien es semifinal, porque la final la protagonizamos nosotros).
En este modo teatro también podremos hacer que nuestros luchadores favoritos hagan una demostración de sus técnicas en solitario. También podemos hacer que dos luchadores peleen entre
sí con la dificultad de CPU que deseemos, manejando nosotros únicamente la cámara. Resulta espectacular ver un combate de dos personajes en modo extremo. En este modo podemos elegir a
nuestras propias creaciones y ver todas las cosas que pueden llegar a hacer.
Jugabilidad
Concretando un poco más, los controles básicos son: La guardia (L1 o X), las patadas (Círculo), los ataques verticales (Triángulo) y los ataques horizontales (el cuadrado). Pero eso es
lo básico, la enorme cantidad de combos y variantes hace que muchas veces nos sorprendamos por ese nuevo movimiento que acabamos de descubrir.
Este juego está hecho desde su primera entrega para distinguir a los jugadores expertos de aquellos que aporrean botones a lo loco.
Duración y rejugabilidad
Más de cien horas. Y cada secreto desbloqueado hace que sea más difícil encontrar el siguiente (porque está más escondido). Un juego que nunca aburre, y que cuanto más dominio le tiene,
más se disfruta. Solo aquellos que hayan superado las Crónicas pueden entender su potencial de diversión para un solo jugador. Y el modo multijugador (offline) es
inagotable.
Conclusión
Un juego como este merecía una crítica a su altura. Hablando de gráficos, es muy semejante a la segunda entrega. Y en cuanto a que no tenga modo online no por ello merece menos
valoración, ya que son muchos juegos los que no lo traen y no se le tiene en cuenta (GTA San Andreas, Metal Gear Solid 3, Ninja Gaiden, Halo, Fable,
Morrowind...).
Trae la opción de pantalla a 50 y 60 hz. para todo tipo de televisores. Horas, horas y más horas de diversión. Textos en castellano, y las voces en inglés o
japonés. Además ocupa unas 300 Kb en la memory card.
Como virtudes, este juego tiene suficientes novedades, tanto jugables como conceptuales, como para considerarlo un anticipo de lo que deberían ser los juegos de lucha de nueva
generación.
El editor de personajes es, en una palabra, impagable. Infinitos luchadores a nuestro alcance, sin pagar para poder ver caras nuevas (al menos en la vida real, porque pagar hay que
pagar para comprar objetos). Este editor es lo mínimo que se debería exigir a un juego de lucha de nueva generación para estar entre los grandes.
Las crónicas de la espada es otro anticipo del futuro. Unir un juego de lucha con un ETR (juego de estrategia en tiempo real) es un gran acierto. Además nos invita a soñar que en Soul
Calibur 4 podrían dar un paso más y hacer un RPG a la altura de Xenosaga, con los combates de Soul Calibur. O incluso, como consecuencia de la fusión de Namco con Bandai, podríamos disfrutar
de un futuro Dragon Ball Z tan jugable como cualquier Soul Calibur.
Otra gran novedad que aporta este juego es que por primera vez tenemos un contexto para nuestros combates. Ya no peleamos por gusto, sino por ganar una guerra o un campeonato mundial.
No se sabe lo importante que es esto para la jugabilidad hasta que se vive.
El pilar central de todo juego de lucha siempre es la jugabilidad. Si resulta caótico e incontrolable nadie querrá jugarlo más de una hora, porque lo único que se hace en estos juegos
es luchar.
Pero la profundidad del combate nos hace evolucionar y vemos que de una hora a la otra somos capaces de ridiculizar a rivales que antes éramos incapaces de vencer. Con un tutorial tan
completo como nos trae este título, cualquiera puede vencer al rival más duro sin aporrear botones sin sentido. Siempre tenemos nuevos retos, cada vez más difíciles, pero nunca pensaremos que
son imposibles (a menos que no queramos profundizar en su jugabilidad). Y se puede decir que su mayor virtud es que cuanto más se domina el juego, más se disfruta, más se quiere jugar y sobre
todo, más se teme abandonarlo, por miedo a olvidar todo lo aprendido. No se trata de pulsar botones más rápido que el rival, sino de pulsarlos en el momento justo (y para ello hay que
entrenar mucho los reflejos y la vista). Observar al contrario y ver el momento preciso para que nuestro ataque penetre sus defensas. Pero es ahí está la gracia. No siempre lo conseguiremos
por mucho que veamos el instante adecuado. Si vemos el hueco, no necesitamos un complicado combo irrealizable. Basta meter un golpe rápido. Esto desestabiliza al contrario y luego sí, nos da
tiempo a hacer un complicado combo que le quitará un pedazo más jugoso de la barra de vida. Pero cuidado, que si nos paran el ataque seremos presa fácil y hay que retomar la guardia cuanto
antes. Esto propicia combates muy ágiles y atractivos incluso para un espectador. Podremos ver combates de 5 segundos o combates que agoten el tiempo por sucesivas y espectaculares guardias y
esquivas continuas. Y para los que quieran combates multijugador más largos, tenemos el modo especial donde podemos poner vida cuatro veces más grande de lo normal o incluso con vida
infinita.
Para sacarle todo el jugo necesitamos aprender los movimientos básicos de nuestro luchador y ser capaces de realizarlos instintivamente (saltos, empujes, combos evasivos, rompe
guardias, golpes relámpagos débiles, golpes bajos, contras y recontras).
Los niveles de dificultad seleccionables en el menú principal solo afectan a las luchas sin valor (combates amistosos contra la CPU) ya que cada modo tiene una dificultad propia que
empieza siendo muy baja, y termina siendo bastante elevada como para poner las cosas complicadas a los más expertos. La historia no es excesivamente difícil, por lo que a poco que aprendamos
a luchar, podremos pasar todas las historias sin perder un solo combate. Y aunque perdamos alguno, no pasa nada, hay continuaciones infinitas. La única dificultad de dichas historias es que
cada personaje usa unas armas distintas y nos costará hacernos con sus movimientos básicos. Especialmente Olcadan, que nunca se sabe qué estilo va a adoptar en la siguiente
pelea.
Es fácil que una persona que odie los juegos de lucha, al probar este juego, los odie todavía más. Pero la facilidad de sus combos, la variedad de ellos, la efectividad de las guardias
y contras, y la velocidad de los combates enamorará a todos aquellos que le den una oportunidad y quieran saber hasta donde se puede llegar en este tipo de juegos, con un poco de empeño. Son
muchos los juegos de este estilo que resultan incontrolables, pero este no es uno de ellos. Y es que pocas veces se podrá disfrutar de unos combates tan rápidos en la PlayStation 2, donde
realmente sabemos lo que estamos haciendo.
Aunque cuidado, cuando se domina este juego, es fácil cometer el error de pensar que los demás juegos de lucha van a gustar igual. No nos engañemos, no vamos a ver nada parecido en
ninguna consola, salvo los anteriores Soul Calibur y Soul Edge. Y para los que tengan los anteriores, tras dominar este juego, podrían redescubrirlos, ya que todo lo que nos enseñan aquí es
aplicable hasta en el juego de la Playstation, Soul Edge.
¡Cuánto hemos echado de menos ese tutorial!
Poco más se puede decir de este título, solo disfrutarlo... Si os gusta pelear.
Por: Antonio J. Fernández Del Campo
Nota 93
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