Antonio Jurado y los impostores

27ª parte

 

 

 

 

Anteriormente

 

         Les obligaron a firmar un acuerdo de confidencialidad total. Si uno de ellos decía cualquier cosa respecto a las misiones durante los siguientes quince años, tendrían que asumir consecuencias económicas severas y perderían el empleo de forma fulminante.

         Debido a que no sabían a qué se estaban enfrentando, la Apollo 18 fue la primera misión a la Luna con tripulación fuertemente armada. Llevaron lanzacohetes, pistolas... Incluso les equiparon con tecnología del EICFD, el brazalete gravitatorio, rifles laser y el escudo magneto óptico que les permitía hacerse invisibles.

         Aunque conociendo los avances de los grises sería inútil, lo equiparon con el propósito de protegerse de sus disparos más que para no ser vistos. A todas luces estaban yendo a la base de operaciones desde la que operaban sus enemigos... O al menos, eso temían. Sin embargo en esa misión no llegaron a alunizar, se limitaron a sacar fotografías más cercanas del objeto extraño detectado en la Apollo 17. Al confirmar que no era una formación rocosa caprichosa siguieron con el programa.

         La Apollo 19 fue lanzada con intención de alunizar cerca de la ciudad a la que llamaron "Estación Uno" pero sus instrumentos de navegación sufrieron extrañas interferencias, como si los hubieran atacado con algún pulso electromagnético y "Endimion", que así se llamaba el módulo, no lograba pasar cerca de la ciudad sin que sus instrumentos fallaran. Tuvieron que cancelarla ya que no lograría alunizar a una distancia razonable de las estructuras misteriosas.

         La Apollo 20, llamada Artemis, que en realidad eran dos naves, una para orbitar y otra para alunizar, fue equipada con escudos protectores que la permitieron defenderse de los ataques electromagnéticos procedentes de la "Estación uno".

         Consiguieron alunizar William y Alexei. Leona se quedó orbitando en el Artemís 1 por si la misión era un fracaso, que pudiera documentar lo ocurrido y llevar la información de vuelta a la Tierra.

         Mientras recordaba todo eso Paco se fue a su coche y programaba su regreso a casa con el piloto automático.

         Recordaba la retransmisión de audio y video de los astronautas. No había pasado tanta tensión en su vida, se jugaban mucho, los misterios que estaban descubriendo podían ser cruciales para la seguridad mundial. El planeta se jugaba todo en aquella misión, dos hombres invisibles ante una cámara de video convencional, caminaban dando saltitos por la cara oculta de la Luna hacia el lugar más misterioso y terrorífico jamás explorado por el ser humano. William era un tipo similar a John Masters, obediente y decidido, no le tenía miedo ni a la muerte.

         Su corazón no se aceleró más de la cuenta mientras se acercaba a lo que él mismo describía como una edificación alienígena de tamaño incomparable. La llamó "La catedral" y cuando se acercaron filmando se podía apreciar con todo lujo de detalles que aquel edificio era más alto que las torres gemelas, estaba en perfecto estado de conservación y no era posible pensar que fuera una construcción aleatoria debida a la erosión del terreno. Además no tenía ladrillos, Alexei constató con su visor que aquello no podía ser una construcción humana porque parecía un inmenso bloque de marfil tallado por el caprichoso arte de un coloso. Sin embargo, no tenía techo. Al entrar hasta el centro, lo único que vieron fue un inmenso firmamento plagado de estrellas, galaxias y nebulosas sobre sus cabezas. Solo podía tener tres finalidades, podía ser un observatorio, un templo o un enorme cañón del que no quedaba nada de su antiguo mecanismo.

         A unos doscientos metros de "La catedral" vieron una ciudad en ruinas. Las casas eran de distintos tamaños y formas y éstas sí que tenían techumbre. Pero todas habían sido arrasadas hace mucho tiempo. Era imposible determinar cuánto, en la Luna no había viento ni lluvia, solo el Sol y el frío hacían mella en las ruinas, que parecían estar hechas del mismo material que la propia "Catedral". Aprovecharon a recoger muestras de aquellas paredes.

         Solo quedaba explorar la estructura de tres kilómetros de largo, en el fondo del valle. Ver aquellos videos se le quedó grabado en la retina, aunque estaba francamente decepcionado por no presenciar actividad extraterrestre. Pensaban que al fin habían encontrado el origen de las visitas pero cada paso que daban más se cercioraban de que nadie había pasado por allí hacía muchísimo tiempo. La inmensa mole, que la cámara era incapaz de mostrar en su plenitud, estaba cubierta de polvo aunque por la parte inferior encontraron un acceso abierto. Según palabras de Will, esa nave parecía capaz de despegar de nuevo, su fuselaje estaba intacto. Allí dentro vieron huesos de animales aparentemente terrícolas. Algunos grandes y otros más pequeños.

         —Si fuera creyente diría que es el arca de Noe —dijo Will, entre susurros.

         En toda la nave vieron unos tubos de cristal que tenían dentro restos calcificados de criaturas del tamaño de ratones, pero con estructuras morfológicas óseas que solo un experto en la materia podría reconocer. No pudieron identificar cráneo en ellas, parecían insectos de muchas patas, pero no existían en la tierra insectos con "huesos". Después de explorar la nave durante horas encontraron lo que denominaron "Hangar". Una zona tan amplia que podía servir incluso para despegar aviones comerciales. Sin embargo estaba vacío excepto por una diminuta cosa. Encontraron una pequeña nave en perfecto estado. Su forma y tamaño eran muy distintos a lo que descubrieron hasta ese momento. Era poco más grande que un autobús escolar.

         Con ayuda de los fusiles láser lograron abrirla y pudieron acceder al interior. Era metálica, totalmente distinta a todo cuanto habían visto desde que llegaron a la Luna. En lugar de ser un material de aspecto cerámico, aquello brillaba como el acero.

         Encontraron dos tripulantes, curiosamente de aspecto humano. No necesitaban decir lo que veían, Alexei se quedó hipnotizado con la piloto. Una mujer desnuda con unos cables pegados en la cara uniendo ojos y boca. Parecía momificada.

         —¿Están recibiendo esto? —Pronunció con su acento ruso—. Hemos encontrado a la "Mona Lisa" de la Luna.

         —Por este momento ha merecido la pena cada dólar invertido —indicó William.

         —Se reciben distorsiones —escucharon la voz de Leona—. Seguimos sin confirmar de donde salen los pulsos electromagnéticos. Por si acaso mantengan activa la armadura óptica, posiblemente afecten a sus sistemas de comunicaciones y les perdería.

         —¡Leona! —Exclamó el ruso, como si estuviera harto de la pasividad de la mujer astronauta—. ¿Has visto esto?

         —Lo veo con problemas.

         —Ya sé por qué no te entusiasma, ya no eres la primera mujer en llegar a la Luna, se te han adelantado —se burló el ruso.

         —Eso... No es una mujer. Es una criatura alienígena —respondió resentida.

         —No metas el dedo en la llaga —recomendó William—, ella tenía ilusión de bajar y no se lo han permitido. Voy a ver si llevarnos su cuerpo a nuestra nave entraña dificultad. Aquí hay otro humanoide... Pero está... Destrozado. Solo su cabeza está completa. Este será fácil de transportar, Alexei, llévalo tú.

         La  agarró con cuidado y se la entregó al ruso. Este seguía examinando el cuerpo desnudo de "La mona Lisa" y ya estaba filmando el ombligo, a punto de llegar a su entrepierna cuando cortó la filmación y examinó el obsequio de su compañero antes de cogerlo. Luego observó con detenimiento lo que quedaba en el asiento. Al hombre de la Luna le faltaban varias partes del cuerpo aunque conservaba la mano derecha. Tenía seis dedos, al igual que la mujer.

         —Seguramente estos "humanoides" usaban sistema de 12 números en lugar del decimal nuestro —conjeturó el ruso.

         —Puede que no sea seguro subir a esa criatura a la nave —replicó Leona—. Pero tenemos órdenes de llevarnos todas las pruebas posibles.

         —Es una momia, no va a despertarse, no seas paranoica —se burló el ruso—. Este es el mayor hallazgo desde que se descubrió la penecilina.

         —¡Se dice Penicilina! —rectificó Leona, con voz chillona.

         —Nadie nos escucha mujer —pronunció la erre final con su marcado acento ruso—, esta es una misión ultra secreta.

         —Los jefes lo oyen todo —desengañó la astronauta.

         —¿No sois los americanos los que pasáis la vida haciendo chistes malos de todo? Qué decepción, me han tocado dos tipos más estirados que un falo.

         —¡Se dice palo! —Se exasperó Leona.

         William se rió porque se dio cuenta de que su compañero ruso no erraba en su pronunciación, le hacía gracia enojar a la comandante médico.

         Al intentar levantar la momia, William se sorprendió de que apenas le costó esfuerzo levantarla. Comprendió que estaban en la Luna y por ello su peso real debía multiplicarlo por diez. La cogió con mucho cuidado, como un padre llevaría a su hija en brazos mientras duerme, lo cierto era que era muy pequeña, apenas alcanzaba la estatura de 150 centímetros. Sin embargo tuvo que detenerse. En el cuello llevaba enroscado un trozo de tela plateada y brillante que, al examinar, no era la causa del tirón. Los cables de su cara estaban conectados a la nave. Tenían que cortarlos.

         —No tires que la decapitas —exclamó Alexei—. Hay que cortar eso. Déjame intentar quitárselas.

         —Podrías causarle daños irreparables —respondió alarmada la oficial médico—. Cortad los cables como podáis, ya le retiraré yo los implantes.

         Usaron una herramienta del rifle láser para cortar los cables. En cuanto quedó libre, vieron que salía un líquido oscuro, como si hubiera un fluido dentro. En seguida cristalizó al entrar en contacto con el gélido ambiente lunar.

         —Debéis daros prisa, falta una hora para el amanecer y si la sacáis de la nave así el Sol no va a dejar de ella ni las cenizas —urgió Leona.

         —Yo me pregunto cómo puede estar sin ropa, mi termómetro exterior indica que estamos 50 grados bajo cero.

         —Dentro de una hora estaréis a 150 sobre cero —insistió Leona—. Vosotros lleváis el traje espacial pero ella arderá como una brizna de paja en una hoguera. ¡Daros prisa!

         —Lleva aquí mucho tiempo, no le va a pasar nada —protestó Alexei.

         —Estaba en una nave que probablemente al entrar vosotros a no esté aislada del exterior, en cualquier caso en la Luna puede haber doscientos grados de diferencia del sol a la sombra.

         William caminó a saltitos por la nave, regresando al hangar de la nave nodriza. Cargaba a la "Mona Lisa" como una carpeta de la universidad ya que estaba rígida como una piedra.

         —Creo que deberíamos dejarla —propuso.

         —¡No tenemos oxígeno para regresar mañana! —se exasperó Leona—. Y no creo que podamos volver nunca más a la Luna. Esta es la última misión Apollo, debéis apresuraros.

         —Yo me llevaré unos recuerdos de por aquí —intervino Alexei, que soltó la cabeza para coger cristales similares a diamantes del tamaño de un puño, que parecían contener un líquido amarillento. Los metió en su mochila y luego volvió a coger la cabeza del otro humanoide por el pelo.

         —Llévalo con más cuidado —le reprendió Will.

         Aumentaron la altura de sus saltos para recorrer más trecho en menos tiempo.         

         —Es una momia —explicó el ruso—, me da asco abrazar la cabeza. De todas formas no pienso correrme con brusquedad, la llevaré con cuidado.

         —¡Alexei! Se dice "correr". Deja de ser tan soez, por el amor de Dios —le regañó la oficial médico por radio.

         —¿Y qué es lo que he dicho? —respondió, entre risas.

         Salieron de la nave nodriza en veinte minutos, tardaron diez en llegar a su vehículo lunar y otros quince en alcanzar la nave. El Sol ya empezaba a dibujar el hermosísimo horizonte de la Luna con la forma de una inmensa guadaña de luz que les cegaba por completo. Por fortuna, lo vieron ya desde dentro del módulo Artemís 2.

 

Continuará

Comentarios: 5
  • #5

    Vanessa (miércoles, 05 mayo 2021 01:32)

    Había dejado la página un rato y ahora que regreso me encuentro con que han pasado varias partes. Me he quedado intrigada con la historia de Arita. Siento que es necesaria para saber cuáles son sus motivaciones y qué tanto poder tiene. Yo me la imagino como un ser muy evolucionado con conicimeintos avanzados de magia y ciencia.
    Espero la continuación.

  • #4

    Chemo (viernes, 30 abril 2021 13:56)

    Yo pensé lo mismo que Alfonso. Supongo que Arita no nada m;as es la fuente de la magia ancestral sino que también del conocimiento tecnológico.
    Yenny, ojalá que tu situación se mejore.

  • #3

    Alfonso (jueves, 29 abril 2021 00:57)

    Como siempre, la historia se queda en lo más interesante. Yo me imaginaba que Arita era más una entidad antigua elemental por las descripciones pasadas de ella. Incluso Génesis menciona que la magia de Alastor se origina de ella. Sin embargo, el hecho de haberla encontrado en una nave extraterrestre tecnológicamente avanzada indica que es más bien una extraterrestre con conocimientos científicos avanzados, como los Grises. Habrá que ver cómo encaja esto en la historia.

  • #2

    Jaime (martes, 27 abril 2021 14:58)

    Hasta que por fin comenzamos a conocer cómo encontraron a Arita. Supongo que lo que ella busca es a su amante, la otra momia que estaba junto a ella.
    Me pregunto por qué los Grises nunca intentaron recuperarla, siendo que ellos seguramente poseen la tecnología para detectarla y hacerse de ella.
    Espero que te encuentres mejor de salud, Yenny.

  • #1

    Tony (martes, 27 abril 2021 13:37)

    Espero que os haya gustado, la próxima semana continuación.
    No olvidéis comentar.
    Espero que tu silencio Yenny sea porque has vuelto a la normalidad y que os hayáis recuperado.