4ª Lección

 

El mapa de la historia

 

No es ningún secreto que para hacer un edificio necesitamos planos muy precisos, para hacer un gran cuadro se hacen bocetos. No uno ni dos, sino los que sean necesarios.

 

Escribir es un arte como cualquier otro y si quieres escribir un buen libro debes construirte un mapa de la historia. Sobre la marcha puedes ir metiendo los personajes que van saliendo en un glosario, en especial si son muchos personajes y sobre todo si están distanciados con el tiempo. Si el glosario abarca más de una página mi consejo es que lo añadáis al final del libro para que los lectores puedan enterarse mejor de quién es quién. Si no son muchos no hace falta.

 

¿Para qué sirve el mapa? Diréis alguno, que tenéis muy claro lo que queréis contar. Pues la respuesta está clara, si tú sabes lo que quieres contar, no te lo guardes hasta el final, vete dando pistas falsas y auténticas.

 

Usando el simil del cine:

Cuántas películas habré visto que desde el minuto 1 sé cómo van a terminar. Especialmente las de los sábados a las seis (no sé si siguen echándolas). Esas que tienen título de dos o tres palabras, que suenan siempre a lo mismo: "Secuestrada”, “Crimen perfecto”, “desaparecida sin rastro",... Con leer el título ya sabes cómo acaba. Lo enredarán más, o menos, pero aciertas un 80% de las veces. Y no solo eso, el 20% restante resulta que tiene un final patético. O sea, o cumplen las expectativas o las destrozan, nunca las superan.

Secuestrada: Termina volviendo a casa.

Crimen perfecto: Ni de coña, había un fallo y les enchironan o matan.

Desaparecida sin rastro: Algo habrán dejado y el bueno la encuentra matando a una legión de malos.

Si hay suerte te ponen un título que no dice gran cosa del argumento y necesitas ver veinte minutos de película para saber a dónde va.

 

Cuidado, si no sabes a dónde va un argumento estás perdido todo el tiempo sin enterarte de nada nada y no te enganchas. En una película no importa demasiado pero en un libro corres el riesgo de que el lector abandone su lectura indefinidamente. Nadie es capaz de leer una novela de una sentada (con excepciones, como todo). Es preferible que un argumento enganche un poco y termine de forma previsible a que tengas que terminar un libro para construir el hilo argumental.

 

Ejemplos de películas que no entiendes hasta el final: El paciente inglés, Pulp fiction, Memento, 12 monos.

Para muchos son películas magistrales. Pero si el autor hubiera sido de los que no hacen un mapa y escriben sobre la marcha, podían haber contado exactamente la misma historia, comprendida sin ningún problema para el espectador y encima serían mediocres tirando a malas. Cualquiera puede coger Pulp Fiction con un editor de video y colocar la película en su orden cronológico. El resultado, una peli más de gánsteres. Si fuera positivo o alguien la quisiera ver así, ya estaría en internet, pero no, nadie toca esa joya del arte más moderno.

Tarantino fue haciendo un mapa y luego hizo un puzle con él.

 

¿Pero cómo se hace el mapa?

A medida que escribes. Tienes que anotar sucesos importantes y cuándo ocurrieron, en qué lugar y capítulo. No necesitas muchos detalles.

 

Conclusión: El mapa no sirve para ver hacia dónde va el libro, sino por donde ha pasado. La utilidad es que no dejes cabos sueltos o incluso que puedas cambiar el orden de los capítulos si sientes que así se abre una brecha de intriga en el lector.

 

Consejo final: En el mapa siempre debe aparecer una brújula que es el "final esperado". Si no lo escribes no importa pero tenlo siempre presente.

 

·Si lo haces bien, puedes despistar al lector en el transcurso del libro.

·Si lo haces mal te puede salir una obra tipo Dan Brown, en las que suele dar la pista definitiva a su protagonista pero no se la da al lector hasta la última página. Eso fastidia bastante porque te quedas con la duda: ¿El autor sabía realmente eso o lo ha acoplado al final porque en la mitad no tenía ni la menor idea de qué pista era esa ni a quién iba a señalar como malo?

Hacerlo bien: Aporta cohesión a todo el libro. En un futuro el lector estará más atento a las pistas de tus nuevos o viejos escritos.

Hacerlo mal: Da la impresión de que lo han escrito sin el menor interés por dar sentido a los detalles. En un futuro libro el lector puede que no vuelva a comprarte uno ni nuevo ni viejo.

 

Ejemplos de mapa:

 

En el capítulo 5 Enrique se parte un brazo (tenlo en cuenta, si vuelve a salir en el futuro, que no salga jugando al baloncesto en menos de dos meses).

En el capítulo 1 Teresa recuerda cómo desapareció su padre cuando fue a comprar una caja de tabaco (puede que necesites dar explicación al final del libro, no dejes cabos sueltos).

En el capítulo 7 Ana pierde su móvil o se lo roban (tenlo en cuenta en el futuro, no vayas a decir, sacó su móvil y llamó a... Y úsalo con astucia… Estaba atrapada en un almacén y no encontró su móvil).

En el capítulo 2 Antonio sueña con una mujer que le da un bebé (puedes usarlo al final como una premonición). Si lo vuelves a leer te puede sorprender encontrar esa pista ahí y recuerda la importancia de sorprender. Los libros de usar y tirar sorprenden lo justo y necesario, los que nunca olvidas es porque te han sorprendido mucho.

 

Escribir no es como leer (puedes tardar en leer un libro desde dos días hasta un mes). El escritor desde el capítulo 1 al 20 puede tardar de 3 semanas a 10 años.

 

Necesitas el mapa.