Tierra de dragones

21ª parte

            Cuando llegaron al pasadizo derrumbado Yenny celebró que hubieran montado un sistema de cuerdas y poleas mecánicas para facilitar el acceso por la laguna a los soldados. Además había a su disposición unas botellas de oxígeno y máscaras de buceo profesionales.

            No hubo ningún incidente al salir a la superficie excepto un pequeño rifi rafe al caminar hacia la iglesia entre Jaime y uno de los soldados que le empujó con el cañón de su fusil y su amigo se quejó de que le había hecho daño en la columna.

            —No vuelvas a tocarme —le advirtió.

            —Si no te mueves voy a tener que empujarte con mi bayoneta.

            —No será necesario.

            El soldado no respondió, limitándose reírse, y continuó fastidiando con su fusil. Jaime tuvo que morderse la lengua por miedo a las represalias.

            Llegaron a un campamento montado en la plaza central del pueblo, frente a la iglesia. Alfonso contó al menos cincuenta efectivos perfectamente armados y con gruesas armaduras de camuflaje, cascos con cámara y mascarillas en la cara. Por el número de helicópteros, solo tres, debieron llegar en un portaaviones.

            Al entrar en la tienda central vieron a un hombre hablando por teléfono. Jaime se fijó que llevaba dos estrellas en las hombreras.

            —Comandante, aquí traemos a los científicos.

            Se volvió hacia ellos y los examinó con calma.

            Fue estudiándolos en silencio uno a uno hasta llegar a Chemo.

            —¿De dónde ha salido éste? —preguntó.

            —Estaba con ellos —respondió el soldado más cercano.

            —Es una suerte que le encontráramos, nada nos asegura que no haya más escondiéndose por aquí. Que se continúe la búsqueda. No quiero ni una rata suelta sin que yo lo sepa.

            —A sus órdenes —uno de los hombres salió de la tienda y escucharon que organizaba nuevos grupos de búsqueda por toda la isla.

            Al fin se los quedó mirando detenidamente con una sonrisa en la cara.

            —Han elegido un escondite bastante bueno. ¿Saben que han incumplido el tratado internacional de fabricación de armas químicas y nucleares?  Tienen suerte de que seamos nosotros los que hemos llegado primero. Los americanos les habrían matado, hecho fotos y publicado sus cadáveres en los periódicos, sus horribles caras mutiladas bajo el titular: "Golpe a la raíz de Al Caeda". Sus familias no sólo les perderían sino que les odiarían a perpetuidad.

            —Deduzco de sus palabras que no son americanos —expuso Jaime.

            El comandante señaló en su propio hombro la bandera española.

            —Es usted un lince. Soy el jefe de esta operación de limpieza encubierta. Ustedes nunca debieron estar aquí y menos fabricando armas tan peligrosas.

            —¿Qué dice? No lo son—protestó Elisa.

            —Claro, por eso están en una isla prohibida del Pacífico Sur con equipo que claramente no es indígena y al vernos llegar se han escondido como ratas en la madriguera más profunda que han podido encontrar. Hemos encontrado cinco artefactos donde se veía  el símbolo de peligro nuclear. No somos científicos, pero tampoco estúpidos y aunque no estaban ustedes allí, hemos encontrado todos sus efectos personales… Excepto los suyos —miró a Chemo—. Mis hombres encontrarán el resto de instalaciones, no se preocupen.

            Jaime levantó la mano y espero a que el comandante les escuchara.

            —¿Sí?

            —No son armas, son motores de antimateria que funcionan con núcleos de plutonio. Necesitan energía nuclear para producir la electricidad necesaria que causa el campo electromagnético capaz de producirla.

            —Me recuerda mucho a alguien... —interrumpió el comandante—. Déjeme pensar... Ah sí, a un tipo que le hice tratar la lengua porque no conseguía entender su nombre chino impronunciable.

            —En pocas palabras —insistió Jaime—. No es un arma.

            —Un reactor de plutonio causó la destrucción de Chernóbil —corrigió el Comandante.

            —Eso fue en los años ochenta, ahora la tecnología es muy superior y la fisión nuclear es mucho más estable, es como una pila ion litio. Las partículas generadas son inocuas y se pueden tirar en cualquier cubo de basura. Y el plutonio, que es apenas un polvillo protegido por un contenedor de diez centímetros de grosor de plomo, es un residuo nuclear que nadie sabe cómo tirar. Lo que hacemos es un proceso natural sin riesgo, se expone el polvo al aire y éste arde solo. Capturamos el calor para obtener electricidad... Por el tamaño y peso de los recipientes parece mucho, pero es muy poca cantidad, no hay riesgo de explosión. Nosotros lo reciclamos, beneficiamos el medio ambiente.

            El comandante le miró con fastidio.

            —Es un consuelo para todos que sepa tanto sobre su propio trabajo. Pero está prohibido internacionalmente trabajar con materiales radiactivos susceptibles de ser empleados en la construcción de armas atómicas, salvo que tenga un permiso especial firmado por la OTAN. Y no lo tiene. No necesito más detalles. Estamos esperando confirmación oficial para decidir qué hacer con ustedes.

            —Nos van a matar —dijo Chemo, con miedo.

            —No —respondió impasible—.  En España se nos impide matar, la pena de muerte está abolida hace años. Pero lo más probable es que les encierren y tiren la llave de su celda a los cocodrilos. ¡Encerradlos! —se dirigió a sus soldados presentes—. Quiero hablar con el ministro. Esto limpiará un poco nuestra reputación y de paso me puedo ganar unas vacaciones.

 

 

            Tenían el halcón en una explanada del campo a pocos minutos de la casa de Abby.

            —Dime una cosa, Antonio —murmuró Ángela Dark—. ¿Para que necesitábamos a estos dos en este viaje?

            —No lo sé. Pero esto es lo que cambia todo. No puedo actuar a las espaldas del EICFD o tendré que enfrentarme a ellos. Así no pueden culparme de un viaje temporal no autorizado, no hay lucha pues ellos me "vigilan" y son testigos. Después me escucharan.

            —Tú sabrás lo que haces —replicó, disconforme—. Pero son enemigos peligrosos, ya hemos visto de lo que es capaz la rubia.

            Aprovecharon el momento en que Abby y John estaban apartados hablando por teléfono con el cuartel bajo la tutela de Amy.

            —Les están contando lo que vamos a hacer. Podían tendernos una trampa —indicó ella.

            —Estaremos alerta —respondió.

            Situaron el año en 2018 en la consola y cuando Abby y John regresaron junto a Amy activaron el módulo temporal. Antonio se sujetó el arnés de seguridad con fuerza porque sabía que perdería el sentido.

 

 

            Envuelto en sus brazos no necesitaba nada más. El calor de Ángela está tan ardiente, tan sensual, que no quería alejarse de ella. Entonces apareció su mujer delante de él y no le vio. La observó con curiosidad y pensó con nostalgia que hacía tiempo que no la abrazaba del mismo modo y la añoró.

 

 

            Despertó por el fuerte ruido de los motores y se frotó las sienes como si así lograra calmar el tremendo dolor de cabeza que sentía. ¿Qué sueño acababa de tener? Él y Brigitte habían vuelto a ser una pareja entrañable desde el episodio de los grises, en el que estuvieron muy distantes y a punto de separarse. El amor, compañerismo y pasión ardiente habían regresado a su maltratado matrimonio. No se le pasaría por la cabeza engañarla con otra y menos con Ángela (con la que ya la había engañado forzadamente en el pasado). Pero entendía su sueño, aún sentía un extraño vínculo entre ellos.  De alguna manera no le resultaba desagradable la idea de abrazar a esa chica de piel clara, pelo negro y ojos oscuros como la noche y dejarse embriagar por su calor corporal.

            —¿Estamos en el año 2018? —Preguntó.

            —Eso espero, porque aquí dice que las batería tardará un buen rato en estar disponibles para un nuevo salto temporal —Respondió Ángela—. ¿Y ahora qué?

            —Iré sólo. Mantenerlos en vigilancia hasta que vuelva. Espero llegar a tiempo...

            «Y que el sueño que he tenido tantas veces sea cierto» —pensó.

            Salió de la nave sin mirar atrás. Abby le despido con un cordial gesto de la mano, que le sentó como un escupitajo ya que no podía quitarse de la cabeza el momento en que disparó a su madre, y John le miro con seriedad al pasar a su lado.

            Activó el escudo óptico y corrió hacia su nueva casa donde debía estar celebrándose la fiesta de cumpleaños. Su llave sirvió para abrir la puerta. Entró y se tuvo que pegar contra la pared cuando unos críos de cinco años corrieron hacia la puerta como dos cohetes. Los esquivó por los pelos. Ninguno era Charly ni le sonaban de nada.

            Una mujer situada en la puerta del patio sujetaba un vaso de refresco como si le diera asco y charlaba animadamente con alguien de fuera. Le resultó imposible pasar con ella en medio.  Sin importarle lo que pudiera pensar la llamó tocándole el hombro con el dedo índice y pidió permiso. Al apartarse ni siquiera miró atrás y siguió parloteando. Pasó junto a ella y cuando lo hizo la mujer giró la cabeza y se quejó:

            —Qué graciosos.

            Ya en el patio busco a su hijo con la mirada. Cinco críos correteaban por el jardín animadamente persiguiéndose unos a otros, ninguno era su hijo... Pero si el más pequeño, Miguel, que aún no había nacido en 2016. Lo reconoció por la foto que vio en el futuro, rubio de ojos azules y cara de bonachón.

            Qué extraño se sintió, ese era su hijo y no podía evitar verlo como un desconocido por el que no sentía ningún aprecio especial. No más que por cualquier otro niño del mundo. Ya había sentido eso una vez y fue cuando le entregaron a Charly el día de su nacimiento. Lo cogió lo observó, se dijo a sí mismo "ya eres papá". Y luego se preguntó si era normal verlo como un extraño. Lógicamente eso era, nunca antes lo había visto... Y dos años después estaba dispuesto a arruinarse, jugarse la vida y exponerse a lo que fuera necesario por un sueño en el que lo veía morir. Tenía visiones continuamente de su hijo cayéndose, haciéndose daño, incluso matándose y él le protegida de más para que nada de eso le pasara. Se sentía responsable de que su hijo sobreviviera y llegó a pensar que no tenía Ángel de la Guardia porque era él.

            Ser acercó a la piscina y fue allí donde le vio saltar las cuerdas con cara de tristeza. Entonces se tropezó y cayó sobre la lona, que lentamente comenzó a hundirse con él envuelto como si una boca monstruosa lo estuviera tragando. Salto la valla y corrió hasta su altura. Charly apenas podía moverse y nadie se enteró. ¿Dónde estaba él?

            Sin pensárselo dos veces se sumergió en el agua y lo cogió por debajo levantándolo con todas sus fuerzas. Sin embargo el líquido elemento ya estaba sobre el niño ahogándolo y multiplicando su peso hasta el punto de que no podía hacerlo emerger. La lona era tremendamente pesada y un estorbo difícil de manejar.

            —¡Socorro! —Exclamó sin pensar que tenía el casco puesto y nadie se iba a enterar.

            Si se lo quitaba su hijo se hundiría más, él no podría sumergirse y empujar desde debajo de su cuerpo pues también él se ahogaría, tendría aún más peso encima y nunca lo sacaría. Haciendo un esfuerzo sobrehumano logró emerger su cabeza a la superficie y al fin le escuchó toser y gritar con fuerza: ¡Papá!

            La fiesta enmudeció y varios hombres y mujeres saltaron la valla de un metro de alto. Se echaron al agua para sacar al niño con la lona incluida.

            Uno de ellos le empujo pero se sumergió bajo su hijo y lo mantuvo elevado hasta que los demás lo sacaron en volandas. Cuando Charly estaba fuera de peligro salió del agua esquivando a los hombres que le impedían el paso y se alejó por miedo a ser descubierto por un choque con cualquiera. Al echarse atrás uno de los hombres que había allí chocó con él.

            —¿Qué diablos...?—Protestó al mirarle y no ver a nadie.

            Su mujer corrió al lado de su hijo, desesperada.

            —Pero Charly, ¿cómo se te ocurre saltar a la piscina? Menos mal que estás bien, ¡Gracias Dios mío!

            —Papá me salvó —dijo la criatura entre sollozos, cuando ya podía respirar tranquilo.

            —Hijo, él siempre te cuida desde el cielo —respondió Brigitte abrazándole y llorando juntos ante todos los invitados, que guardaron silencio.

 

Comentarios: 7
  • #7

    Yenny (miércoles, 29 marzo 2017 18:58)

    ¿Qué pasó con la siguiente parte? Tony espero que te encuentres bien y sólo sea falta de tiempo o inspiración.

  • #6

    Alfonso (lunes, 13 marzo 2017 03:05)

    Por culpa de Chemo, Alfonso esta vez no se pudo salvar. Ahora que Alfonso no se salva, la historia cambia nuevamente y Chemo del futuro nunca se entera del paradero de su madre, por lo cual no advierte a los científicos de la isla y se crea otro bucle temporal. Habrá que ver cómo se cierra este bucle.
    Por cierto, Tony, espero que te encuentres mejor de salud.

  • #5

    Chemo (sábado, 11 marzo 2017 18:27)

    Va a estar difícil que la epidemia quede en la isla. Espero que Chemo del futuro piense algo para que él y sus amigos puedan escapar de los soldados.

  • #4

    Yenny (sábado, 11 marzo 2017 15:57)

    Gracias por la explicación Jaime, aunque me refiero que no se haga una epidemia mundial y que sólo quede en la isla.

  • #3

    Jaime (sábado, 11 marzo 2017 02:33)

    Yenny, un rifirrafe es un coloquialismo que se refiere a un altercado o discusión sin importancia o que no llega a trascender. Además, la epidemia ya se expandió al haber contagiado el zombi a al menos un soldado español.
    No me soprende que Antonio esté muerto en al menos un posible futuro. Muchas historias juegan con el axioma de que no es posible cambiar el futuro sin traer a colación algún efecto secundario inesperado. Quizá Antonio salva a Charly, pero no podrá salvarse a sí mismo de su propia muerte.
    Me está gustando mucho la historia y creo que puede tener un final interesante.
    Mucha suerte en tu recuperación, Tony.

  • #2

    Yenny (viernes, 10 marzo 2017 16:35)

    Primero ¿qué es rifi rafe? me gusta la palabra suena graciosa, y en segundo lugar nunca pensé que Antonio estaría muerto en el futuro, no lo puedo procesar.
    No asesinaran a los chicos solo los encerraran de por vida, espero que logren escapar y no expandan una epidemia de nuevo.
    Tony espero que te encuentres mucho mejor y 100% recuperado de la operación.

  • #1

    Tony (viernes, 10 marzo 2017 13:14)

    Siento la tardanza.
    Esta historia ya tiene activada la cuenta atrás y hay que pensar muy bien lo que falta por contar.
    Supongo que no pasará de las 25 partes, pero quien sabe...
    No olvidéis comentar que el cazador de robots nos ha dejado en paz.