Entre la tumba y el ataúd

10ª parte

 

            - ¿Cuando descubrió el fuego? Ese fue su primer gran descubrimiento, ¿no?- aventuró Antonio, inseguro.

            «Ni te has acercado.

            El hombre comenzó a evolucionar el día que los dioses descendieron del cielo y comenzaron a esclavizarlo. La historia refleja que todas las culturas antiguas hablan de las mismas deidades, con diferentes nombres.

            Éstos dejaban a sus hijos como gobernantes, instauraron el sistema de poder monárquico, es decir, una sola cabeza pensante controlaba el destino de muchas personas. Entre tanto Alastor y sus hijos ejercían como dioses reconocidos por toda la humanidad, dioses caprichosos con sus disputas y sus intereses separados que provocaban guerras cuando no se ponían de acuerdo entre ellos.

            Antes de llegar a nuestro mundo, los hombres vivían en tribus y la persona de más autoridad era un sabio, el más viejo de la aldea.  Aún hoy ves ese reparto de papeles en las tribus más escondidas. No hay un líder que someta bajo su yugo a los demás. Hay cazadores, sus mujeres y familias, todos como hermanos e iguales y el más anciano es el sabio al que todos cuidan y piden consejo. No verás nunca a una tribu lanzarse en una guerra suicida a menos que éstos se sientan acorralados.

            Esa es la sociedad que hoy conocerías sin Alastor y su familia. Génesis era fiel a Alastor hasta que se dio cuenta que estaban llevando a la raza humana a destruir el planeta y a destruirse a sí mismos. Para que uno gobernara debía haber mucha gente padeciendo pobreza. Para que un gobernante conquistara debían morir miles de inocentes en una guerra megalomaníaca.

            Por eso decidió enfrentarse a su padre, ella quiere que los hombres vuelvan a ser iguales, que se acabe el dominio absoluto de los gobernantes y que el pueblo se autogobierne. Ella hizo caer el imperio romano, las monarquías absolutistas, ella está consiguiendo que el pueblo, gente como tú, sea la que decida las cosas importantes animando revoluciones y levantamientos populares contra los tiranos que esclavizan a sus súbditos. »         

            - Espera, espera... - la interrumpió Antonio -. Sigo sin saber quién es ella ni donde buscarla.

            «Intento ponerte en antecedentes para que comprendas su pasado y así, quizás, preveas su futuro.»

            - Te escucho - aceptó Antonio.

            «Antes del diluvio la sociedad había alcanzado un grado de desarrollo casi tan avanzado como en la actualidad. Salvo que no había máquinas ni se había descubierto aún los usos de la electricidad. Había barcos tan grandes como en la edad media y las culturas estaban conectadas. Había imperios aunque el mundo era totalmente distinto a como lo conoces ahora.

            Imagina que coges el globo terráqueo y en lugar de poner los polos donde están en la actualidad, cambias el polo norte y el polo sur a otro lugar. En aquella época se podía viajar rápidamente en barco. No había grandes distancias marítimas entre unas y otras plataformas continentales. Antártida, América del Sur, América del Norte, Asia, las innumerables islas indonesias y finalmente Australia.

            Gran parte del pacífico estaba helado, hacía las veces de polo sur y casi todo el continente africano estaba cubierto de glaciares, razón por la cual hoy día el desierto del Sahara está muerto. El hielo arrasó todas las estructuras y montañas y el polo norte estaba situado en el centro de ese gran desierto. En aquella época el hielo dominaba mucha más extensión que hoy día y prácticamente el mundo civilizado era lo que te he descrito, un mundo legendario del que no queda prácticamente nada.

            La humanidad tiene cientos de miles de años y la raza humana ha vivido en armonía con la naturaleza la mayor parte de su historia. Solo los últimos quince mil, a lo sumo se ha vuelto autodestructiva. ¿Por qué razón no "evolucionó" en tanto tiempo?»       

            - Nunca me lo había planteado, la verdad - respondió Antonio.

            «Llegaron los dioses, cayeron del cielo. Así es como lo recoge la cultura precolombina y llegaron, aproximadamente en el año quince mil antes de cristo, envueltos en una gran esfera de fuego que escupieron las estrellas. La humanidad por ese entonces se conformaba con sobrevivir, cazar, vivir en armonía con la naturaleza y los animales. ¿A qué te recuerda eso?»

            - Yo que sé - se quejó Antonio.

            «Era el paraíso. Adán y Eva eran la humanidad que Dios creó. El hombre vivía en comunicación continua con el hacedor. Era así como deberíamos seguir viviendo si no hubiera llegado el pecado al mundo. El pecado del hombre fue probar el fruto de la ciencia del bien y del mal. Así fue como los dioses, representados en la Biblia como la serpiente, convencieron a los hombres de que ellos podían darles el poder de Dios. Les mostraron sus propias capacidades, sus armas, su poder... y los hombres se sometieron a ellos por lo que comenzaron a verse obligados a sudar para conseguir su alimento. Fueron esclavizados, dominados y organizados. Fueron corrompidos por ellos. Les nombraron sus líderes por que eran inmortales y eligieron con los que procrear y perpetuar sus linajes. De ahí viene la tradicional creencia de la sangre azul. La humanidad ha creído siempre que sus gobernantes tenían más parte de dioses que de humanos.

            Extendieron su imperio hacia el oeste, directamente hacia la Antártida y desde allí alcanzaron Oceanía y Asia. La velocidad a la que estaban consiguiendo someter el mundo era tal que en menos de dos mil años dominaban todas las regiones habitables, sin contar las zonas congeladas. Alastor quería más, quería progresar, quería que sus súbditos siguieran estudiando, que observaran el cielo. Siempre les señalaba las estrellas y les decía que su destino era regresar al cielo.

            Pero Dios todopoderoso tenía otros planes para él. Envió una enorme bola de fuego y la estrelló contra la tierra, provocando lo que los judíos llaman el gran diluvio Universal, derritiendo los casquetes polares y sepultando bajo las aguas toda aquella cultura, cambiando el eje de la tierra y no dejando piedra sobre piedra de toda aquella civilización. Alastor y sus hijos no lo vieron venir y sobrevivieron porque no necesitaban respirar, bajo las aguas. Ninguno de ellos comprendió que habían sufrido un castigo del cielo, aunque su hija Génesis empezó a comprender. Cuando los polos volvieron a helarse y la superficie de la tierra se hizo habitable, ellos regresaron.

            Surgieron de las aguas como si el mar les diera a luz. Todos ellos, con sus aspectos regios, con sus grandes poderes, volvieron a someter al mundo bajo su yugo.

            Pero Génesis había cambiado y Alastor se había cansado de confiar en el hombre. Decidió investigar los secretos ocultos de la naturaleza él mismo y se fue a un lugar apartado, volviendo de vez en cuando a observar cómo iba su reino. Son cosas que puedes estudiar, son mitologías que se basan en una verdad escalofriante y es que la humanidad siempre estuvo sometida a los dioses. Entre los poderes de Alastor, tenía capacidad de volar, para viajar de un confín al otro del mundo en un tiempo muy reducido. Para asegurarse de que la humanidad evolucionaba sometió a los hombres que se habían establecido en Sudamérica y creo su propio imperio. Dado que su nave seguía allí enterrada, la buscó durante mucho tiempo hasta que la encontró. Como el diluvio la había sepultado a muchos metros de profundidad utilizó su poder telekinético para marcar con tierra el lugar donde se escondía. Removió millones de toneladas de tierra formando figuras en reconocibles desde el cielo.

            Bajo una de ellas, la del pájaro, escondió la nave. Pero antes de volver a esconderla, cogió los potentes lásers cortadores que llevaban. Les enseñó a los hombres a usarlos para cortar la roca, les enseñó geometría y les organizó para que le construyeran su palacio en lo más alto de los Andes.

            Durante muchísimos años acudía a ellos y les obligaba a realizar sacrificios humanos ya que descubrió que comiendo corazones humanos podía aumentar su poder mucho más que absorbiendo la energía del ambiente. A cambio les prometía buenas cosechas. El paso de los siglos aumentó su poder hasta el punto que podía condensar las nubes y hacer llover donde él quisiera. Sus muestras de poder hacían que todos se le sometieran con absoluto terror. Sus siervos cortaban con sus armas las gigantescas rocas y él, en una sola noche, montó su palacio manejando moles de piedra con la mente, colocándolas milimétricamente.

            No tienes ni idea del increíble poder que tiene.

            Mientras tanto, al otro lado del mundo, sus hijos se mataban entre ellos. Seth se las arregló para matar a Osiris y ocupó el trono de Egipto. Génesis, vivió una auténtica odisea para conseguir recuperar el cuerpo de su esposo, pero no podía hacer nada por él de modo que cuando lo encontró lo escondió en un templo, custodiado por sus más fieles siervos. Fue a encontrarse con Alastor y así Génesis le engañó para que le mostrara su gran poder, el poder de resucitar. Cuando se encontró con él le agasajó y le ofreció tributos de oro, manjares de todos los confines del mundo. Le hizo creer que había sacrificado a un niño y le dio su corazón aún caliente, la gran debilidad del dios. Pero era un corazón de cerdo y lo había condimentado con somníferos naturales. Al comerlo, Alastor se quedó dormido el tiempo necesario para que ella dejara libre a una cobra junto a él. En cuanto estuvo suelta atacó en el cuello al dios. Éste despertó cuando su cuerpo empezaba a deteriorarse, podrido por el veneno de la serpiente. Ella no tuvo que pedirle que le enseñara nada, la única forma  de salvase era que usara su poder de resurrección consigo mismo.

            Y lo hizo.

            Ella volvió junto a su esposo muerto, lista para resucitarlo. Pero su hermano Seth le había encontrado antes y partió el cuerpo en catorce pedazos que dispersó por el mundo. Según la leyenda egipcia, cuando la diosa se enteró emitió un grito de dolor y angustia tan poderoso que murieron todos aquellos que la escucharon. Durante muchísimos años, ella y su hermana buscaron los pedazos hasta que consiguieron reunirlos todos. Cuando los unieron, Isis le resucitó por un día, el tiempo necesario para unirse a él carnalmente, lo justo para engendrar a su hijo Horus. Cuando éste creció se hizo tan fuerte como su padre y en una batalla donde involucró a todo el alto y bajo Egipto, logró apresar a Seth. Con orgullo lo llevó ante su madre, Génesis, para que fuera ella quien dictara su condena. Pero ella, viendo a Seth humillado, le perdonó.

            Horus no aceptó su dictamen e igualmente programó su sentencia a muerte. Lo encerró hasta el día de su sentencia y cuando llegó la hora Isis se puso en medio del camino, impidiendo a su hijo ejecutar la sentencia. Horus, con todo el dolor de su corazón le cortó la cabeza a su madre para que le dejara pasar. Pero cuando llegó a la prisión, los fieles a Seth le habían liberado. Arrepentido por matar a su madre Horus invocó a Alastor y le suplicó que la resucitase.  Éste acudió y se negó a hacerlo porque ella le había manipulado y engañado para aprender su poder de auto resurrección.

            - ¿Génesis murió? - preguntó Antonio, contrariado.

            «Fue sepultada en el templo de Philae, en una isla del medio del río Nilo. Fue venerada muchos años...»

            - No puede ser - interrumpió Antonio -. Ella no puede estar muerta.

            «Déjame acabar y luego protestas lo que quieras» - le regañó Verónica.

            «Horus, llevado por la cólera reunió todos los ejércitos de su padre, le invocó de entre los muertos y le pidió que le entrenase para derrotar de una vez y para siempre a quien había destruido su familia. El mundo no ha conocido batalla más grande y terrible donde murieron cientos de miles de almas. Finalmente Horus atrapó a Seth en medio del océano y, finalmente el hijo de Génesis y Osiris destruyó a Seth, convirtiéndose en el primer faraón de Egipto, el último que tenía sangre de los dioses. La batalla le debilitó tanto que Horus volvió a ser mortal, al igual que todos los semi dioses que le ayudaron.»

            «Génesis, a diferencia de lo que se creía, nunca fue sepultada. El día antes de ser enterrada su cuerpo se llenó de luz y los que la vieron quedaron sobrecogidos porque después del resplandor no quedaba ni rastro de ella. Los testigos hicieron voto de silencio con respecto a ese secreto y solo aquellos que demostraban fidelidad eterna a la diosa tenían derecho a escuchar la verdad. Sus fieles se constituyeron como una sociedad secreta que hoy día está ramificada en todos los lugares del mundo, invisibles pero poderosos, amparados por el poder incorpóreo de Génesis.  

            Antonio estaba sobrecogido por ese relato.

            - Qué historia... Y pensar que no son más que marcianos - masculló.

            «Venían de muy muy lejos. Pero provenían de la tierra, del futuro. El primer viaje extrasolar tripulado que planificó el hombre, bueno, mejor dicho, planificará. La nave superaba la velocidad de la luz. Pero el camino de vuelta fue mucho más lento, que el de ida y superando esa velocidad el tiempo se vuelve elástico.

            En la ida viajaron cientos de años en el futuro, en la vuelta regresaron miles de años antes. Pero ellos experimentaron menos de cien años. Todos los humanos que regresaron murieron de viejos, pero no todos eran humanos, exactamente.

            En el planeta que exploraron habían encontrado una forma de vida totalmente distinta a la biológica, una forma de energía que ellos no comprendieron ya que su aspecto físico era de simple agua, como una gigantesca ameba.

            No tenían ni idea de que era una criatura sedienta de conocimiento. Una criatura capaz de imitar cualquier cosa, forma o reacción química. Cuando la encontraron no era más que un ser hueco que imitaba formas muertas. Cuando llegó el hombre y pudo estudiar su estructura física, química y eléctrica se sintió fascinado por la vida y la imitó. Recreó a los astronautas que se tragó y se hizo pasar por ellos, regresando a la nave y después a la tierra.

            En el camino de regreso se acostumbró a su forma humana y descubrió que al igual que los humanos con los que compartía nave, estaba envejeciendo y no podía evitarlo. Aún así sometió a las mujeres de la nave y las utilizó para procrear con ellas. Su primer hijo fue Osiris y con otra mujer tuvo a Seth. La tercera mujer dio a luz a dos niñas gemelas, Génesis y Ana, a las que conoces mejor como Isis y Neftis.

            Alastor investigó intensamente la estructura física del ser humano hasta que comprendió que la única forma de vivir eternamente era detener el proceso de la vida. Tenía que morir.

            - ¿Me estás diciendo que Alastor está muerto? - preguntó, atónito.

            «Al modo humano sí, a su modo, es inmortal. Su corazón no late, vive por que desechó los mecanismos arcaicos de supervivencia de su cuerpo físico y ahora la energía pura de su verdadero yo es la que le da movimiento y poder. Y éste ha aumentado con el paso de los siglos, al igual que el de sus hijos. Ninguno de ellos se alimenta de comida. Todos viven de la energía reinante, por lo que son fríos. Absorben energía continuamente.»

            - ¿Cómo voy a matar a un muerto capaz de regenerarse? - preguntó, asustado.

            «Debes encontrar a su hija» - se limitó a responder Verónica.

            - ¿Te refieres a esa misma hija que murió y se convirtió en un ser de luz?

            «Igual que te encontró Alastor a ti. Tienes que llamar su atención y ella te encontrará.»

            - Odio preguntar dos veces lo mismo... pero, ¿Cómo voy a llamar su atención?

            «Génesis tiene predilección por un lugar del mundo. Allí ha encontrado a la mayoría de sus seguidores y seguidoras. Debes acudir.»

            - Genial, al fin movimiento. ¿A dónde vamos?

            «A Lourdes, Francia.»

            - ¿Por qué a Lourdes? - inquirió, sorprendido.

            «Encontrarás una gruta donde la gente reza día y noche. Ese fue uno de los últimos lugares donde fue vista.»

            - ¿La Virgen María? - preguntó, estupefacto -. Es imposible...

            «No lo es tanto. Acuérdate de que ella nunca dijo ser la Virgen María, hace años estudiaste los misterios de las apariciones, ¿recuerdas?» - replicó Verónica -. «Vamos, estás perdiendo el tiempo, arranca el coche.»

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Comentarios: 9
  • #1

    Antonio J. Fernández Del Campo (lunes, 05 septiembre 2011)

    Si tu cabeza da vueltas como una peonza, es hora de que te expreses y digas qué se pasa por tu cabeza. Os garantizo que al menos os desahogaréis un poco.

  • #2

    yenny (lunes, 05 septiembre 2011 17:45)

    Parece que va a ser una de las mejores historias de Antonio o puede que la mejor ya veremos ya quiero leer la continuación

  • #3

    x-zero (lunes, 05 septiembre 2011 18:33)

    Exelente, eso cambia y da entendimiento a muchas cosas en tocando las estrellas que quedaron como misterio..:)

    esperando la siguiente parte
    salu2

  • #4

    Carla (martes, 06 septiembre 2011 01:11)

    Esto aclara la historia de tocando las estrellas. Y esta muy interesante espero ansiosamente la continuacion!! :D

  • #5

    yenny (martes, 06 septiembre 2011 18:03)

    Acabo de leer o mejor dicho terminar de leer (me quede en la segunda parte) Tocando las estrellas ya que dicen que tiene relación y parece que si se relacionan pero hay unas cosas que no me cuadran bien ya Tony me lo explicara.

  • #6

    Antonio J. Fernández Del Campo (martes, 06 septiembre 2011 18:26)

    Pues tienes razón Yenny, ese final no estaba pensado para ser tan abierto. Voy a tener que corregir esa historia.

  • #7

    yenny (miércoles, 07 septiembre 2011 04:13)

    Si van a ser historias relacionadas tienes que cambiar ese final.

  • #8

    Tony (miércoles, 07 septiembre 2011 07:55)

    Ya he ocultado esa historia para que no lie a la gente. Cuando lo corrija ya lo subiré de nuevo.

  • #9

    lulu (viernes, 02 diciembre 2011 14:16)

    Vaya historia!!!, o sea que estaba relacionada con tocando las estrellas. Ya decía yo que me sonaba... Espectacular historia Tony. Muy buena, tienes una imaginación prodigiosa.